Nombre: FLORENTINO
Apellidos: GOIKOETXEA BEOBIDE
Fecha de nacimiento: 14/03/1898
Fecha de defunción: 27/07/1980
Lugar de nacimiento: Hernani
¿Dónde vivió?: Hernani; Ciboure (Francia)
Estado civil: Casado
¿Tenía hijos/as? Desconocido
Ocupación: contrabandista (durante la II Guerra Mundial).
LA HISTORIA DE FLORENTINO
Florentino Goikoetxea nació en Hernani en 1898, donde vivió hasta el comienzo de la Guerra Civil en 1936, momento en el que se exilia en Ciboure, una pequeña localidad costera junto a San Juan de Luz, en Lapurdi, donde comienza a ganarse la vida como contrabandista cruzando la muga entre Francia y España. Allí le sorprende el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la invasión y rendición de Francia ante el ejército nazi en junio de 1940.
En toda la Europa ocupada, pronto comenzaron a movilizarse y organizarse de forma clandestina ciudadanos y ciudadanas que, arriesgando sus propias vidas, buscaban la liberación de su país. Formaban la Resistencia contra el enemigo nazi.
Una de estas organizaciones fue la conocida Red Comète, fundada en el verano de 1940 en Bruselas por la belga Andrée De Jongh y Arnold Deppé con la intención de ayudar a los aviadores aliados derribados en territorio ocupado a no ser capturados y huir clandestinamente a su país de origen. Organizar una red de evasión de estas características suponía un enorme despliegue logístico teniendo en cuenta que la ruta atravesaba Francia hasta la frontera con España en el País Vasco Francés (Hegoalde), donde esperaban el momento adecuado para cruzar. Requería, para empezar, de una buena planificación y de la intervención de numerosas personas que formaban parte de la red, desde acompañantes de los soldados en evasión, hasta personas que ofrecían sus casas y baserris esparcidos por la zona (Anglet, Ciboure…). En este engranaje, faltaba una pieza fundamental: una persona que pasara a los evadidos a través de los montes que conformaban la muga. Eran los mugalaris.
Además, la red, aunque de origen belga, era financiada por las autoridades británicas. Integraban la trama el consulado del Reino Unido en Bilbao y la embajada en Madrid, además de miembros del Servicio Secreto británico, que se encargaban de, una vez cruzaba la frontera, contactar a través de personas de la red en España con los soldados huidos para llevarlos a través de la península hasta Gibraltar, donde cogían un vuelo de regreso a casa.
Florentino Goikoetxea entró a colaborar en la red Cométe desde 1941 gracias a su amistad con Kattalin Aguirre, vecina de Ciboure y miembro de la Resistencia. Para ello habían sido fundamentales dos cosas: por un lado, por su profesión de contrabandista – o el negocio de la importación y la exportación, como le gustaba decir a él – Florentino conocía perfectamente los pasos de montaña entre Francia y Hegoalde, además de tener numerosos contactos a ambos lados de la muga; por otro lado, un compromiso firme con la causa de la Resistencia y un espíritu solidario hacia aquellos que padecían la persecución del ejército nazi, soldados pero también civiles. Florentino se convirtió así en el mugalari de la red Comète.
Una de las rutas de paso de aviadores de la Red Comète.
Aviso del ejército nazi advirtiendo de la prohibición de ayudar a aviadores fugitivos.
No fue una tarea fácil. En el lado francés, la Gestapo rastreaba constantemente los pasos y las redadas en busca de colaboradores eran frecuentes en la zona. Al otro lado, la Guardia Civil, alertada por el ejército alemán, vigilaba la zona del Bidasoa. El tren con los pilotos huidos llegaba a Baiona o San Juan de Luz donde eran acogidos clandestinamente en casas de personas que participaban en la red. Debido a las patrullas de vigilancia, había que esperar a que se hiciera la noche. Florentino, acompañado de los pilotos evadidos, intentaba encontrar el camino correcto en la oscuridad. La marcha era a pie. El primer objetivo, llegar al caserío Bidegain Berri, último punto de apoyo en Francia. A partir de ahí, Florentino guiaba a los pilotos a través de los montes, cruzaban la frontera y bajaban hasta el Bidasoa. Una vez allí, cruzaban el río sigilosamente y eran acogidos por familias a este lado de la muga antes de iniciar su viaje hacia Gibraltar, como Bernado Arakama, dueño de un garaje en el barrio de Gros y colaborador activo de la red Comète.
Era una tarea enormemente arriesgada, como prueba el hecho de que en enero de 1943 una redada de la Gestapo gracias a la delación de un vecino, acaba con la detención de buena parte de los integrantes y colaboradores de la red, entre ellos, la fundadora Andrée de Jongh. Aunque fue un duro golpe para la organización (no será el único), fue capaz de reorganizarse, reanudar su labor y abrir nuevas vía de paso a lo largo de la frontera.
Florentino no fue detenido en esa ocasión ya que no guiaba esa noche, pero no tendría tanta suerte más adelante. El 26 junio de 1944, cuando ya había comenzado la liberación de Francia, el mugalari volvía a Iparralde tras haber cruzado la frontera guiando a un grupo de pilotos. Una patrulla alemana le sorprende y abre fuego hiriéndole en varias partes de su cuerpo. Fue llevado al hospital de Baiona a la espera de que los miembros de la Gestapo se hicieran cargo de él al día siguiente para interrogarle. Los miembros de la red Cométe junto a otras organizaciones de la Resistencia elaboran un plan de fuga. Disfrazados como agentes de la Gestapo, entran en el hospital , sacan a Florentino de su cama y se lo llevan dentro de una camioneta que había sido pintada como una ambulancia para la ocasión. Florentino permanecerá escondido hasta el mes de agosto, en el que la región será liberada de la ocupación Nazi.
Gracias a la labor de Florentino y de otros muchos que formaron parte de la organización y arriesgaron solidariamente su vida (se dice que la red llegó a tener 1700 agentes y colaboradores de los cuales 700 fueron detenidos y 200 fueron fusilados o muertos en la deportación), la red Comète logró evadir a 800 fugitivos, la mayor parte aviadores aliados. Florentino llegó a pasar 227 aviadores y otros agentes franceses y belgas. Además, colaboró con otras redes de la Resistencia. Por este motivo, recibió el reconocimiento oficial de los países aliados durante la guerra (Bélgica, Reino Unido, EE.UU…), siendo condecorado en junio de 1977 con la más importante de las distinciones francesas, sólo concedida por méritos extraordinarios: la Legión de Honor.
Florentino Goikoetxea en la ceremonia de condecoración de la Legión de Honor.